Cuando escuchamos música, participan y se activan múltiples zonas del cerebro. Pero es realmente cuando tocamos un instrumento musical,  que esa actividad se parece mucho más a un entrenamiento de todo el cuerpo.

En el siguiente vídeo elaborado por la organización de distribución del conocimiento TED y basado en un guión de Anita Collins, se explica de forma gráfica qué ocurre en nuestro cerebro al escuchar pero sobre todo al interpretar música. En el se observan los fuegos artificiales que se disparan en el cerebro de los músicos cuando tocan, y examina algunos de los efectos positivos a largo plazo de este entrenamiento mental.

El estudio en tiempo real mediante aparatos de IRMf (Functional Magnetic Resonance Imagin) y PET (Positron Emission Tomography) demuestra el espectacular aumento de la actividad cerebral tanto en la audición como, en mucha mayor medida, la interpretación de una obra musical.

Los múltiples beneficios como la mejora del acceso a la memoria, la asimilación de conceptos abstractos y la resolución de problemas hace que las disciplinas musicales sean altamente recomendables en la formación de nuestros alumnos.